Vincent Van Gogh y su Depresión

Vincent es considerado uno de los más grandes genios de la pintura universal. Sin embargo, a pesar de tanta fama, se esconde un vida llena de tormentos y marcada por la depresión y fuertes estados de angustia. Hombre tremendamente fatalista, convivía con la muerte desde su mas tierna infancia ya que un hermano mayor no nato llevaba el mismo nombre con el y es posible que toda esa carga emocional se la hayan heredado sus padres acompañándola por el resto de su corta vida.  


En 1888 el gran pintor se instalo en París con el objetivo de habilitar un taller personal que se llamaría casa amarilla en honor al color favorito de Vincent. La única persona que lo tomo en cuenta para poner en marcha el taller fue Paul Gaudin, Van Goth como muestra de su gratitud le Pinta el famoso cuadro conocido como "la habitación", sin embargo la amistad no duró mucho ya que se dice que Vincent amenazó a su amigo con una navaja dando este hecho por terminada la relación entre ambos. 

Más tarde esa noche Van Gogh volvió a la “Casa Amarilla” en Arles donde él vivía y se mutiló. Sosteniendo la navaja abierta en su mano derecha, rebanó su oreja izquierda, comenzando arriba en la parte de atrás y descendiendo de forma que toda la parte inferior de la oreja fue cortada de un tajo. Luego de tan desquiciado hecho se guardo la oreja y se dirigió al Burdel para regalar su oreja a una prostituta quien llamó a la policía llevándose a  Vincent. Perdiendo así su tan famosa oreja.

Cuando regreso a su casa en Arles descubre que sus cuadros están todos dañados, rasgados y manchados, destruidos por los vecinos que según se creen le guardaban envidia por ser tan talentoso. Este hecho desencadeno una fuerte depresión que lo llevo a recluirse voluntariamente en un sanatorio para enfermos mentales. es allí es el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence en donde desarrolla su mas alocada y frenética creación artística llegando a realizar mas de 500 obras siendo un periodo muy prolijo para el. 

Finalmente, el 27 de julio de 1890 sale a caminar por el campo, se dispara con un arma de fuego en el pecho y regresa a su habitación para morir dos días después, dejando inacabado el cuadro llamado “Los Cuervos”. Todos sus amigos acudieron a su pensión y Vincent no dejó de fumar en los dos días de agonía. En su entierro todos los que le conocían trajeron flores amarillas para su tumba. De esta manera acababa la corta vida de unos de los mas grandes pintores que han pisado la tierra.