El barón Manfred von Richhofen nacio el 2 de mayo de 1892 en Breslau, actual Polonia. Era el mayor de tres hermanos cuya familia tenía su origen en la Baronia otorgada por Federico el Grande. Manfred tomó la carrera militar prusiana destacándose en numerosos deportes como la caza, la equitación y la natación. Ingresó al cuerpo de caballería pero este no le fue de su agrado realizando muchas acciones temerarias e irresponsables que casi lo hicieron caer prisionero de los rusos. Fue por esta razón que lo desplazaron de su puesto y lo reubicaron en funciones de oficina. Pero como es de suponer, su espíritu indomable y rebelde no se conformaba con pasar el resto de su vida detrás de un escritorio y pidió ingresar a la aviación en mayo de 1915.
Mientras pasaban los días en el frente de batalla el barón masticaba cada vez mas la posibilidad de formar parte del cuerpo de pilotos de caza. Un encuentro con el as Oswald Boelcke le dio el impulso que tanto había estado esperando este hiperquinetico aventurero. Manfred no fue un estudiante modelo ya que aprobó sus exámenes en su tercer intento y no estaba considerado como un buen aviador por su jefe y mentor. Sin embargo a pesar de su mediocre paso por la instrucción logró convertirse en un excelente aviador. A la muerte de su jefe Boelcke, Manfred había derribado ya a 8 aviones enemigos y en un increíble y apasionante duelo logra vencer al experimentado aviador Lanoe Hawker, uno de los británicos más prestigiosos, condecorado con la Cruz Victoria. En enero de 1917, Manfred consiguió por su 16 victoria la deseada Pour le Merite más conocida como el Max azul. Este galardón era entregado al piloto con mas victorias que a los alemanes les quedaba vivo y con ello logró además hacerse con el mando de su escuadrilla, la numero 11. Manfred aplicó toda su experiencia al mando de su famosa escuadrilla, enseñándoles a sus hombres el valor de lo colectivo y a desprenderse de la individualidad. Por ese entonces mandó a pintar su avión con un rojo vivo que se apreciaba a gran distancia por lo cual pasó a ser conocido como el BARON ROJO.
1917 fue el gran año de los combates aéreos en la primera guerra mundial. El barón rojo se había convertido en la bestia negra de los británicos llegando a ofrecer estos 5000 libras por derribar al mítico aviador.
En la primavera de 1917 el barón rojo tenía ya más de 45 aviones derribados por lo que se convertía en el piloto mas experimentado de la guerra. Sin embargo, ese mismo año ingresó al conflicto bélico Estados Unidos por lo cual llegaron nuevos contingentes de aviadores de manera masiva. Para proteger al barón rojo, sus compatriotas pintaron sus aviones de color rojo pero Mandred a cargo de una cuadrilla de 50 aviones mandó a pintarlos de variados colores siendo llamados “el circo volante”. El fin de los grandes aviadores se aproximaba, ya habían muerto el máximo héroe francés, Georges Guynemeyer fue abatido con 54 victorias, poco después lo era el alemán Werner Voss con 48, un excéntrico piloto que le gustaba ir bien vestido por si le capturaban, para poder gustar a las chicas de París. En uno de sus ultimas ofensivas el barón rojo consiguió su victoria numero 80 pero en un fortuito combate con un piloto canadiense lo hizo caer a tierra muerto, siendo victima de la infantería australiana. El barón rojo fue enterrado con todos los honores pasando a la posteridad como el gran y mítico aviador de la primera guerra mundial.
Casi la ultima visión romántica de la guerra en los cielos, donde inclusive entre enemigos se respetaban y rendían honores.
ResponderEliminarBuen articulo.
Siempre fue uno de mis "héroes".
ResponderEliminarUn blog muy interesante.
Saludos
muchas gracias Dissortat, espero te hayas entretenido en el.
ResponderEliminarel baron es una figura mitica, de esos que perduran. pienso en las peripecias en altura y en lo inteligente y habil que era.